La línea punteada se volvió látigo.
Látigo que me corta las manos y las palabras.
Caricias que nunca te di ni voy a darte
-porque nada se da sin encontrar resistencia-.
Me resisto a gritar.
¿Cómo no ves lo que te digo?
¿Cómo no escuchás lo que exhibo?
Gritan mis ojos.
Susurro una caricia.
Nacer es fácil: no lo decidimos.
Todo aquello que es inevitable resulta sencillo...
Pero ¿cómo evitar que la línea punteada se vuelva látigo
y me corte las vocales,
silencie mis manos?
Límites...
Resistencia...
Prohibición de sentir.
Prohibición de sentir.
Paula, estoy fascinada con tus palabras... de verdad... sigo leyendote y sigo encantandome... mi bronca solo es una: por que no te dedicas más y más a eso? sos muy buena!
ResponderEliminarGracias Cris... Acepto tu bronca y la comparto. ¿Será que necesito palabras de aliento como las tuyas para sentirme un poco más segura?
ResponderEliminar"Todo aquello que es inevitable resulta sencillo..."
ResponderEliminarmmmmmmmmmm
me gustó